sábado, 24 de marzo de 2007

DESPUÉS DE LA TORMENTA

© MK
"Caminé por la playa. Observé el barco encallado y todavía sujeto a las poderosas embestidas de las olas."¿Cómo he podido llegar hasta la costa?" , me pregunté con extrañeza. Pensé en mis compañeros.Todos debían de haberse ahogado, pues jamás he vuelto a ver a ninguno. No sabía qué hacer .Estaba empapado y no tenía ropas para cambiarme. No tenía qué comer ni que beber para recuperarme. Me sentía abatido. Tenía el corazón oprimido por la angustia. Anochecía y empecé a pensar en la suerte que correría si en aquella tierra hubiera animales salvajes. Busqué agua dulce y tuve la gran alegría de encontrarla.
La única solución que se me ocurrió para pasar la noche fue encaramarme a lo alto de un árbol. Antes cogí un palo por si tenía que defenderme y me coloqué de forma que no pudiera caerme cuando me durmiese. Estaba tan fatigado que me dormí enseguida. Descansé aquella noche como nunca en mi vida. Cuando desperté por la mañana, la tempestad se había calmado y hacía un día espléndido. "Robinson Crusoe" Daniel Defoe

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Nunca creí eso de que tras la tempestad llega la calma. La tempestad es continua, sólo que a veces no es visible.

MK dijo...

Créo que eso depende de la naturaleza de cada persona.Hay quien vive persiguiendo la calma y el equilibrio en su vida y en sus emociones.Otros por el contrario necesitamos esa maravillosa electricidad de las tormentas para sentirnos conectados a la vida...